16N Día del flamenco
El día 16 de noviembre se celebra el Día del Flamenco, que conmemora la declaración del flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
Desde Biblioteca queremos colaborar con esta efeméride proponiendo una serie de recursos que vinculan el flamenco con nuestras letras.
En este vídeo, vemos a la gran Lola Flores recitando dos poemas; uno de “Cuatro sonetos de amor” de Rafael León. El segundo es el “Soneto de la dulce queja”. Adjuntamos los textos:
“Cuatro sonetos de amor” – Rafael de León III Otro domingo más sin tu mirada, dejándome morir junto a la gente que pasa y que traspasa indiferente a mi canción de amor desesperada.
Una yegua de celos colorada corre llena de furia por mi frente y galopa de oriente hasta occidente en busca de tu falsa coartada…
Porque yo sé de más que en esta hora hay alguien que los labios te devora y comparte la cepas de tu vino.
Mas, como de perderte tengo miedo, no ahondo en la maraña de tu enredo y comulgo con ruedas de molino.
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“Soneto de la dulce queja” – Federico García Lorca Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas; y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla, para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío, si eres mi cruz y mi dolor mojado, si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado. |
Otra importantísima figura del flamenco, Camarón de la Isla, dejó para siempre su voz vinculada a otro gran poema, esta vez de Lorca:
El sueño va sobre el tiempo flotando como un velero Nadie puede abrir semillas en el corazón del sueño.
¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta! ¡Qué témpanos de hielo azul levanta!
El tiempo va sobre el sueño hundido hasta los cabellos. Ayer y mañana comen oscuras flores de duelo.
¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta! ¡Qué espesura de anémonas levanta!
Sobre la misma columna, abrazados sueño y tiempo, cruza el gemido del niño, la lengua rota del viejo.
¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta! ¡Qué espesura de anémonas levanta!
Y si el sueño finge muros en la llanura del tiempo, el tiempo le hace creer que nace en aquel momento. ¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta! ¡Qué témpanos de hielo azul levanta!
(Federico García Lorca, Así que pasen cinco años [1933]. En Obras completas, Tomo II. Ed. Aguilar, 1986, 22ª ed., 560-561) |
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La relación entre el flamenco y la poesía es estrecha, puesto que el cante jondo es un magnífico vehículo para la trasmisión de emociones. Un último ejemplo, también a partir de un poema de Federico García Lorca. Silvia Pérez Cruz consigue que las palabras del poeta granadino se claven en el alma con esta sentida interpretación. He aquí el texto original de Lorca: En Viena hay diez muchachas, un hombro donde solloza la muerte y un bosque de palomas disecadas. Hay un fragmento de la mañana en el museo de la escarcha. Hay un salón con mil ventanas. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals, de sí, de muerte y de coñac que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero, con la butaca y el libro muerto, por el melancólico pasillo, en el oscuro desván del lirio, en nuestra cama de la luna y en la danza que sueña la tortuga. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos donde juegan tu boca y los ecos. Hay una muerte para piano que pinta de azul a los muchachos. Hay mendigos por los tejados. Hay frescas guirnaldas de llanto. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío, en el desván donde juegan los niños, soñando viejas luces de Hungría por los rumores de la tarde tibia, viendo ovejas y lirios de nieve por el silencio oscuro de tu frente. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals del «Te quiero siempre».
En Viena bailaré contigo con un disfraz que tenga cabeza de río. ¡Mira qué orilla tengo de jacintos! Dejaré mi boca entre tus piernas, mi alma en fotografías y azucenas, y en las ondas oscuras de tu andar quiero, amor mío, amor mío, dejar, violín y sepulcro, las cintas del vals.
“Pequeño vals vienés” Federico García Lorca |
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Si quieres conocer más sobre la historia de una de nuestras más importantes tradiciones, consulta este enlace para acceder a un completo documental de RTVA.
Desde la biblioteca, ¡feliz Día del Flamenco!