¿Qué pasaría hoy en día?
El caso de Ana Orantes, ocurrido en 1997, conmocionó a toda España y marcó un punto de inflexión en la lucha contra la violencia de género. Tras años de maltrato, Ana relató públicamente los abusos sufridos por su exmarido, pero días después fue brutalmente asesinada por él. Este crimen expuso las graves carencias en la protección a las víctimas y la falta de leyes efectivas para prevenir estos actos. Hoy, más de dos décadas después, nos preguntamos: ¿cómo sería tratado un caso similar en la actualidad? Afortunadamente, el sistema legal y social ha avanzado significativamente, con medidas más estrictas y un enfoque integral para combatir esta problemática.
A día de hoy tras la denuncia de cualquier mujer maltratada la justicia toma una serie de medidas como pueden ser:
1. Detención inmediata del agresor
Si el agresor es identificado y hay pruebas de que ha cometido un crimen como el asesinato o violencia grave, sería detenido de inmediato. En casos extremos como el de Ana Orantes (asesinato tras años de maltrato), la condena podría ser por asesinato agravado, que puede conllevar la prisión permanente revisable en España.
2. Investigación policial
El caso se investigaría bajo el protocolo de violencia de género. Esto incluiría recopilación de pruebas, testigos y antecedentes del agresor, como denuncias previas o medidas de protección violadas.
3. Juicio rápido y condena
El agresor sería procesado rápidamente. En un caso de asesinato premeditado como el de Ana Orantes, se aplicaría el Código Penal, con agravantes como:
- Violencia de género.
- Premeditación y alevosía.
- Vulnerabilidad de la víctima, en caso de que haya habido dependencia emocional, física o económica.
4. Protección para las víctimas.
Una de las diferencias más notables respecto a 1997 es que ahora existen medidas para proteger a las víctimas antes de llegar a situaciones tan extremas:
- Órdenes de alejamiento y vigilancia policial.
- Acceso a casas de acogida y programas de apoyo psicológico, económico y social.
- Teléfono 016, que ofrece ayuda anónima 24/7.
5. Educación y sensibilización.
Tras el caso de Ana Orantes, España implementó la Ley Integral contra la Violencia de Género (2004), que promueve campañas de sensibilización y protocolos educativos para prevenir este tipo de violencia desde edades tempranas.
Hoy en día, la condena sería mucho más severa y las instituciones estarían más involucradas para evitar que un caso como este se repitiera.

Desafortunadamente, la lucha sigue, ya que los crímenes por violencia de género no han desaparecido del todo en nuestra sociedad.
Créditos de la imagen:
• Gender violence concept illustration
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